martes, 8 de enero de 2008

La guerra del Chaco


A principios del los años 2000, tuve el honor de ser declarado Ciudadano Ilustre del de la ciudad de Asunción del Paraguay. Un verdadero orgullo para mí.


Había tenido la suerte de haber trabajado en l965 en el lanzamiento del Canal 9 de Televisión y de los cuales participe en varios programas tanto en Asunción como en Buenos Aires (muchos fueron grabados en Canal 7 de Buenos Aires). No olvidare nunca los viajes en los aviones Catalina (hidroaviones) que partían de la dársena norte y bajaban en la bahía de Asunción. Eran aviones de la Segunda Guerra Mundial. Un poco “obsoletos”. Con muy pocas plazas, se desplazaban para levantar vuelo sobre el agua la cual los vidrios de las ventanillas se mojaban. Además todos rezábamos para que levantara rápidamente vuelo porque temíamos que se desarmaran. Lo mismo pasaba al llegar.


Volviendo al tema de la Guerra del Chaco. Por años busque, restaure y clasifique todo tipo de soporte en radio, cine, televisión y fotográfico sobre la tierra Guaraní. Pero sobre la contienda boliviana-paraguaya carecía de films. Durante años abocado al tema logre verdaderos testimonios fílmicos de documentales de la vida real de aquel momento. Este acontecimiento ocurrido en la década del 30` los litigios que se prolongaron a lo largo de tres años dejaron un saldo de 100.000 bajas entre los dos países, un numero que convirtió a esta guerra en el enfrentamiento más salvaje ocurrido en el siglo pasado entre dos naciones latinoamericanas. En mis investigaciones descubro que es usado por primera vez dos armas mortíferas importantes para aquella época: el tanque de guerra y la bazuca.


Estas documentales filmadas en soportes de 35 mm nitrato y 16 mm safety, en blanco y negro se deben a cineastas argentinos, paraguayos y norteamericanos, como así también a coleccionistas. Distintos rollos componen este acontecimiento donde se muestran escenas de extrema crueldad. Varios de estos filmes son inéditos y otros se consideran perdidos desde hace muchos años. Conté para este trabajo con la ayuda eficaz de mi esposa Nimia Escobar, la cual me enseño a querer mucho a mis hermanos paraguayos.

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